Reír, llorar y las dos caras de la moneda

lunes, febrero 19, 2007



Esta entrada no se muy bien si pertenece a los momentos musicales o a las paranoias mentales; quizás a las dos, quizás a ninguna.
El otro día, de camino al entrenamiento, gracias al maravilloso random de mi pequeño iPod tuve una especie de revelación. Bueno, en realidad fueron dos revelaciones (o pajas mentales, según se mire). Dos canciones de estilos diametralmente distintos se siguieron. Una (inteligente, medida, en definitiva una obra de artesanía musical, cada pieza encajando en su lugar sin estridencias:






) me instaba a reflexionar
y a ponerme filosófico. La otra (simplona, de estribillo fácil y alegre:

) sencillamente me hizo sonreír y canturrear al ritmo de las guitarras.
Primera revelación: Los únicos momentos que hacen que merezca la pena vivir la vida son los momentos tristes y los momentos alegres. Lo que pasa entre éstos dos, son un mal necesario. Pero no os engañeis, no creo que éste sea un tema filosófico, sino más bien químico. Cuando estamos contentos o sumamente tristes, nuestros sentidos parece que se afilen y nuestro cuerpo segrega una gran cantidad de sustancias químicas. ¿Sigo últimamente demasiado al gran Eduard Punset o es que simplemente estoy mal de la cabeza? No lo sé, pero lo que tengo clarísimo es que la Vida (con mayúsculas) se esconde detrás de la esquizofrénica máscara del teatro y los instantes grises que hay entre una mueca y la otra duran lo que tarda nuestra mano en pasar sobre ella.
Segunda revelación: Mensaje dirigido a todos aquellos (y han sido muchos) que cada vez que les comentaba mis gustos rockeros me contestaban: ¡Rock, bah! Todos los grupos suenan igual. Ésta es una pequeña respuesta a su incultura musical. Si dentro del rock es capaz de coexistir grupos como VAST (primer video) y Bloodhound Gang (segundo video), la diversidad está asegurada. Ya que no sabeis de música, opinad sobre cualquier otra cosa (por ejemplo sobre la cría del salmón noruego).
Tercera revelación (consecuencia de la primera y la segunda): ¿Se puede ser una persona normal y disfrutar tanto de una película de Kurosawa como de Aterriza como puedas?

Nota: Chicas, por favor, no os sintáis ofendidas por el video de Bloodhound Gang. No creo que sea machista en sí. Más bien demuestra lo estúpidos que nos volvemos los hombres cuando nos encontramos delante de una cara (y un cuerpo) bonitos.

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