Éste lunes mientras cenaba, mala idea por otra parte, vi el documental que hicieron en Cuatro sobre el 11-S, con los testimonios de víctimas directas y familiares, y su reconstrucción (pelín hollywoodiense pero estoy seguro que se acerca a la realidad). Pero en este post no voy a hablar (o escribir) sobre las bondades o defectos de la producción, ni sobre las posibles causas del ataque terrorista, ni siquiera sobre las justificaciones(más bien excusas) que esgrimen los ... (iba a decir una palabra malsonante, la más ofensiva que se me ocurre pero la voy a sustituir por educación por malditos) lobotomizados de Al-Qaeda. Porque esa es una de las reflexiones a las que llegué viendo el reportaje. El fanatismo parte de un tipo de ignorancia muy peligroso, el conformismo, que consiste en aceptar la realidad como nos la cuentan, así tal cual. ¡NO! Siempre, siempre, hay que cuestionar lo que nos rodea, incluso la realidad como hacía el escritor Philip K. Dick. Así que, y esto va dirigido para las personas con una personalidad excesivamente influenciable, si un día alguién se os acerca (ya sea un testigo de Jehová, un creacionista o un integrista islámico) y os dice que está en posesión de la verdad y os va a hacer partícipes, desconfiad. La verdad es un camino por el que sólo cabe una persona, la verdad parte de hacer ese camino. Así que pensad por vosotros mismos, porque además (de regalo) os hará realmente libres.
